viernes, 10 de enero de 2014

Todo sonaba a mentira.

"Sólo recuerdo que eran las 8 de la tarde, de un triste martes que llovía como si se terminara nuestro mundo  y que no lloraba, y que las lágrimas me quemaban en los ojos y que se me hizo un nudo en la garganta tan grande como el mayor de los silencios marineros.

Y, bueno, estábamos despidiéndonos, y el ambiente estaba impregnado de la tensión característica de la última vez que ves a alguien, no sé si me explico.

Todo sonaba a mentira, a plástico, a cirugía estética en mis acentos, a dinero de Monopoly, a quiero decirte las palabras más bonitas del mundo por si ya no vuelves a escuchar mi voz nunca más, pero ya ni salían, pero ya no eras… tu. 

Y cuando me di la vuelta y empecé a sentir que la perdía, qué bonito, y qué paradójico, la necesité como siempre y me sobraba más que nunca"

Mario Carrion

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