jueves, 31 de diciembre de 2015

Te echo de menos.

Me van a faltar vidas para entender por qué te perdí tan pronto en esta.

No hay día que no me acaricie tu recuerdo. Por eso lo de la sonrisa con lágrimas después de brindar con la familia. Y abrazarla. Y otra vez el adverbio "aquí " acompañado de "ojalá tú".

Me van a sobrar sueños para dedicártelos. Qué putada tan grande esta de no verte. Porque sentirte te juro que te siento. Sobre todo en los días de mierda.

No hay día que no me levante pensando que si estuvieras te abrazaría como nunca. Como siempre. Para intentar con todas mis fuerzas que ya nunca te fueras.

Me tiembla la voz cuando hablo de ti a mis primos pequeños. Cómo explicarles que se perdieron conocer a una persona como tú. Yo tampoco lo entiendo. Lo llaman vida. Y a mí se me fue un trocito de ella contigo.

PD: Abrazad mucho a quienes tengáis cerca, decid te quiero muy alto, desgraciadamente las personas no somos eternas, disfrutad de las que quedan y recordad con una sonrisa a quienes nos miran desde arriba.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Un año. Contigo.

Sí después de un año tuviera que quedarme con un momento, me quedaría muchos más contigo.
Sobre todo con esos segundos antes de sonreír. Como si firmarás un tratado de paz. Contra mis miedos.

Y es que esa mirada después de regalarme uno de tus días debería estar catalogada como monumento histórico.

Me miras y lo único que deseo es torturar a la vida para que se alargue y no dejes de hacerlo. Como si esto fuera un juego y yo siempre ganase si te quedas a mi lado.

Como cuando te escondes y apareces con un abrazo de los de parar el mundo. Este mundo. De mierda. Donde vivimos mirando más el móvil que una arruga provocada por una sonrisa.

Que me juego mis monstruos a que mataría todos los tuyos. Hasta verte sonreír. Como te mereces.

Y todo esto solo para decirte. Que me duele todo el cuerpo al final del día cuando no eres tú quien me lo cuida.